¿Qué es para mí el Yoga?

¿Qué es para mí el Yoga?

(...)Pero me di cuenta de que había un factor en común entre aquellas que más me enseñaron sobre la vida y de las que más conocimientos adquirí: todas ellas, de alguna manera, tenían el yoga en su vida.(...)

"Es aburridísimo", "Es para los viejitos", "Es para los que no disfrutan el ejercicio de verdad."

A grandes rasgos, eso era lo que mi yo de 18 o 19 años pensaba sobre el yoga. Claro, no tenía la mínima idea de lo que significaba esa palabra tan renombrada de cuatro letras.

YOGA.

Sabía que lo hacían en India, que había una serie de movimientos que se repetían y que pasaban largos ratos sentados con los ojos cerrados y en silencio. Pero nada más. Nunca imaginé que algunos años más tarde, sería el yoga el camino que elegiría como mi vida.

Durante mi viaje en el Fiat 600 por América (que, por cierto, pueden conocer más a fondo en el libro disponible en la página), conocí a tantas personas que sería imposible enumerarlas todas. Gente diversa, de diferentes religiones, clases sociales, ideas políticas, gustos y costumbres... Pero me di cuenta de que había un factor en común entre aquellas que más me enseñaron sobre la vida y de las que más conocimientos adquirí: todas ellas, de alguna manera, tenían el yoga en su vida.

Algunas enseñaban las técnicas y la filosofía del yoga, otras lo practicaban en su día a día. La mayoría compartía mis mismos ideales de empatía, amor y compasión. Todas estas personas despertaron en mi interior una nueva luz.

Me fui dando cuenta de que el yoga era muchísimo más que una práctica física; era un estilo de vida completo e integral.

Poco a poco, me fui animando a desplegar mi mat en el piso y seguir algunas clases online. Luego asistí a algunas clases presenciales y después empecé a hacer mis prácticas en silencio y sola. El estado en el que terminaba era tan profundo y relajante que supe que no había vuelta atrás.

El yoga había llegado a mi vida para quedarse.

Conocí profesores y profesoras que me enseñaron, leí libros sobre yoga, vi películas y documentales, y comencé a experimentar los beneficios en mi propia vida. Poco a poco me volví más perceptiva de mi cuerpo y de mi mente, lograba comprender y controlar mejor mis pensamientos. Notaba que la ansiedad y el miedo disminuían y me sentía más empoderada.

Yoga significa "Unión". Se trata de unir, juntar o complementar lo que somos: un cuerpo físico, una mente racional y un cuerpo espiritual o energético.

Muy alejado de las religiones (si bien el hinduismo es una religión, el yoga trascendió esa primera etapa), esta filosofía milenaria y profunda nos da bases de respeto y amor a nuestro propio ser, nos brinda momentos de escucha y conexión, nos ayuda a sanar, entendiendo que todos nosotros tenemos el poder de transformar nuestra realidad.

Hoy en día me siento una eterna aprendiz, ya que nunca se deja de aprender de la vida. Y de alguna manera, siento el compromiso de compartir todo esto que yo misma experimenté con aquellas personas que se encuentren en esa búsqueda de sentido.

El YOGA, esa palabra de cuatro letras, esconde detrás un universo paralelo donde el cuerpo, la mente y el alma se reúnen en equilibrio y paz.

¡El mundo necesita más yoguis, más personas que desarrollen su poder de empatizar y hagan relucir sus virtudes!

Te espero en Yoga en el Camino, para recorrer juntas este sendero.

Namasté,

 Jime.

(...)Pero me di cuenta de que había un factor en común entre aquellas que más me enseñaron sobre la vida y de las que más conocimientos adquirí: todas ellas, de alguna manera, tenían el yoga en su vida.(...)

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